domingo, 15 de abril de 2012

El examen soñado



Jorge, no podía concentrarse, pasaba  de la una de la madrugada. Hacia mucho calor para estar en Mayo, miraba como las palabras y frases del libro parecían bailar ante sus ojos. El sueño le vencía, un nuevo sorbo de agua para intentar engañar al sueño, pero el sueño es obstinado y con una fuerza insospechada lograba dejar caer los parpados del joven. Tras varias cabezadas se levantó como un resorte y se asomó al balcón, necesitaba que el aire le insuflase nuevas fuerzas, no tenia mas remedio. Los últimos días  había estado mas pendiente de asuntos de faldas que del examen de Biología, pero claro, era la fuerza de las hormonas se decía asimismo.

Decidió bajar a la cocina. Montse, su madre, le había dejado dicho que si lo necesitaba, podía hacerse un café de capsula que era rápido y le quitaría algo de sueño. En unos minutos Jorge subía con una humeante taza de café, de forma ritual, saboreando el líquido, como si por tomarlo lentamente el efecto sería mayor y más rápido.

Con nuevas fuerzas tomó un marcador de colores y comenzó a subrayar  algunas frases y palabras que el joven consideraba claves para memorizar los temas. Y de nuevo, hincando los codos, como tanto le repetía su madre. Intentaba concentrase en las diferentes cuestiones objeto del examen, la noche seria larga ....

Se tomó aquella gigantesca taza de Cola Cao, con alguna galleta. Su madre ya se había marchado al trabajo. Como cada día, Jorge apenas tenia hambre, el estomago lo tenia algo alterado, pensó en el café de la noche anterior. Recordó como al final decidió confeccionarse alguna chuleta que llevaría bien enrollada, por si algo fallaba, la ruta de escape como las llamaban en el Instituto. Cerró la puerta de casa y se marchó a la parada del autobús ojeando el reloj. Vio acercarse el vehículo y levantó la mano, sabia como se las gastaba Mariano el conductor, si no le hacia señales pasaba de largo sin mas contemplaciones. Al subir al autobús escuchó a Mariano soltar un sonido gutural como respuesta al saludo de Jorge,  aunque el chico estaba mas pendiente de encontrar donde estaba sentada Eva. Cuando la encontró, una pequeña mueca de decepción cruzo por su rostro, estaba sentada junto a Patricio un pijo de mucho cuidado, tan engominado tan bien vestido, había que reconocerlo era un muchacho atractivo para todas las chicas. Jorge, forzó una sonrisa al pasar junto a Eva, aunque ella le ignoró . El chico se fue hasta los últimos asientos del autobús junto a sus amigos.

- El examen durará 1 hora, avisaré cuando falten cinco minutos. Entiendan que  cuando diga se acabó,  se acabó. Solo les permitiré la firma,  recuerden poner libros y otros objetos a los pies del pupitre. Ahora entrarán alumnos de segundo de bachiller, que realizarán un examen diferente al de Uds., por tanto guarden silencio mientras entran. - esas fueron exactamente las palabras  de Don José María mientras se colocaban los alumnos del curso superior junto los de la clase.-

Junto a Jorge se sentó, quizás, la que era consideraba por todos la chica mas espectacular del instituto. Marga,  era simplemente una belleza, alta, morena, ojos negros, inalcanzable para el joven, pero maravillosa a la mirada del adolescente. Jorge intentaba concentrarse en las preguntas, de las cinco sabia la respuesta de una, de otra podría enrollarse un poco, de las otras tres, seguro no contestaría dos, pero de la ultima la respuesta estaba en la chuleta que tenia oculta en la correa del reloj. Si todo salia bien el cinco estaba al alcance. Cuando comenzó a contestar la primera pregunta observó un movimiento extraño en Marga. Mientras escribía con la mano derecha su izquierda bajó hasta apoyarla sobre su pierna. Poco a poco, con mucho cuidado agarró el filo de su falda azul y comenzó a subirla descubriendo unas hermosas piernas llenas de letras, párrafos, frases. Tenia la chuleta escrita es sus muslos.

Jorge, desconcertado,  no podía   quitar los ojos de las hermosas , sensuales y pintadas piernas. Por un instante levantó la vista buscando a Don José María, ocupado en ojear el periódico. También  miró a los ojos de Marga,  la chica esbozó una sonrisa de complicidad que desarmó totalmente al joven. Ella continuó subiendo la falda hasta mostrar unas ligas de color negro que no sostenían medias, la excitación de muchacho iba en aumento, casi se le había olvidado su examen.

En una segunda y cada vez mas descarada ojeada observó como Marga descubría una pequeña chuleta enrollada bajo la liga. Con una soltura que sorprendía al muchacho y  muy  rítmicamente, ojeaba el pequeño papel bajando la falda si observaba que Don José María se acercaba. Jorge intentaba concentrarse en su examen pero no podía quitar los ojos de las sensuales piernas. En uno de los de los movimientos pudo apreciar el color blanco de la ropa interior de Marga que contrastaba con el resto de su indumentaria. Unas gotas de sudor corrían por su frente, en un movimiento inesperado la chuleta cayó al suelo. El chico vio como el  papel caía lentamente junto a sus pies, lejos del alcance de la muchacha pero dentro del campo visual del profesor que previsiblemente al pasar por ese pasillo vería la chuleta. Jorge observando como Don José María se acercaba puso mecánicamente el pie sobre la chuleta ocultándola de miradas indiscretas, durante un instante el profesor se detuvo a su altura.

- Dios, la va a descubrir pensaba el muchacho.

Afortunadamente pasó de largo, Marga le miró a los ojos, una mirada agradecida, muy agradecida, acompañada por un movimiento de labios que el chico pudo leer perfectamente.

- Gracias...

No podía perder mas tiempo para su propio examen. Esperó a que Don José María estuviese en el otro extremo de la clase para sacar la chuleta que tenia oculta bajo el  reloj, rápidamente comenzó a copiar. Tan absorto estaba en completar la pregunta que no se dio cuenta que su pie cambió de posición dejando al descubierto la chuleta del suelo. Observó como el profesor se dirigía hacia su mesa.

- Sr. Mendoza, póngase en pie, espetó con un tono que no dejaba lugar a dudas.

Se agachó  cogiendo la chuleta. La mostró desafiante al muchacho y con ojos inquisidores, en los que se reflejaba un punto de decepción que daba paso a una mirada de triunfo por cazar a uno de aquellos jovenzuelos que le intentaban engañar. Por un instante Jorge no reaccionaba. Lo habían cogido por una chuleta de otro, jamas lo habían cogido y ya eran años copiándose.

- Entregue su examen y considérese suspenso.  Quizás está tarde telefonee a su madre para contarle su conducta. Abandone la clase Sr. Mendoza.

Jorge miró de reojo a Marga, que con ojos asustados parecía pedir que no desvelase la verdad. En silencio abandonó la clase con una mezcla de desazón y triunfo por no delatar a una compañera, a la chica mas deseada del instituto que quizás con ese acto en adelante le miraría de otra forma.

Ya en casa, después del almuerzo, subió a su cuarto, sabia que Don José María se lo contaría a su madre y esto le preocupaba. No quería dar mas disgustos a su madre, bastante tenia ella con la muerte de la abuela. Con estos pensamientos, tumbado boca arriba en la cama, cerró los ojos pensando en las hermosas piernas de Marga. En la distancia y casi entre sueños le pareció oír un timbre lejano, quizás el teléfono, quizás........


- Jorge, Jorge........ Vamos despierta, no es el mejor día para quedarse dormido, sabes que Don José María es puntual y si llegas tarde no podrás hacer el examen de biología, vamos dormilón..